domingo, 7 de diciembre de 2008

la noche del 7


                                                                                     
La noche del 7




Con la gata sobre mis piernas lamiendo su intimidad.
Con el humo denso que viene desde el techo.
Con la lluvia ingrata que presume de su belleza.
Con el recuerdo constante del ayer intenso.

Así llegué ahora a sentarme frente al destino.

Le dije a ella que todo iba a estar bien.
Mi hoy me permitió responderle, prometérselo.
De la otra me despedí cinco veces ayer,
para luego perder la conciencia en un automóvil satín.

Así llegué yo a jugar al póquer con el destino.

Un implacable incendio despertó mi ser
de los escorpiones perdidos que querían comer.
Todo es tan carnal, tan natural..
Iluso el que piensa que se puede volar.

Y es que con esa frase me recibió el destino.

No me dejó responder, gritar o demoler.
No se me permitió moverme más que para ver
que todas las cosas tienen su razón de ser.
Se descubrió también mi as bajo el traje de piel.

Y así fue como me derrotó el destino.

Pero por la puta madre,
yo nunca me rendí.
Así debía yo de entender,
que en esta vida
del destino no se puede correr. 
.


Javier Arce.


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